EL DESEMBARCO DE ALHUCEMAS
Autores: Pablo Baldo, Juan Antonio García y Francisco Pascual (Villena) Simón Sánchez (Alicante) y Sergio Mollá (Mutxamel)
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El desembarco de Alhucemas se llevó a cabo el 8 de septiembre de 1925 por el Ejército y la Armada Española y, en menor medida, un contingente aliado francés, que propiciaría el fin de la Guerra del Rif. Se considera el primer desembarco anfibio en la historia que implicó el uso de tanques y apoyo aéreo masivo por mar. El desembarco de Alhucemas es visto como un precursor de los desembarcos anfibios aliados en la Segunda Guerra Mundial, y la primera operación combinada exitosa del siglo XX. Consistió en el desembarco de un contingente de 13.000 soldados españoles transportados desde Ceuta y Melilla por la armada combinada hispano-francesa. Su como comandante en jefe fue el entonces Director Militar de España, General Miguel Primo de Rivera, y como jefe ejecutivo de las fuerzas de desembarco en las playas de la bahía de Alhucemas el General José Sanjurjo, a cuyas órdenes estaban las columnas de los generales jefes de las brigadas de Ceuta y Melilla, Leopoldo Saro Marín y Emilio Fernández Pérez, respectivamente.
Entre los jefes participantes en la acción se encontraba el entonces Coronel Francisco Franco, quien por su actuación al frente de las tropas de La Legión fue ascendido a General de Brigada. El general estadounidense Dwight Eisenhower años después estudió a fondo la táctica empleada por los españoles en Alhucemas para trazar el plan del Desembarco de Normandía. El desembarco, previsto para el 7 de septiembre, comenzó, debido al mal tiempo, el 8 de septiembre de 1925 en las playas de Ixdain y la Cebadilla, en el territorio de la cabila de Bokoia, empleándose para ello 24 barcazas tipo K compradas a los británicos. En la costa, los rifeños disponían de catorce piezas de campaña de 70 y 75 mm que habían sido capturadas a los españoles y que ahora eran manejadas por instructores mercenarios extranjeros. También contaban con ametralladoras. Apoyados por los cañones de las escuadras navales y el bombardeo de la aviación, la primera oleada comenzó a las 11:30h. Debido a la presencia de rocas, el contingente de la playa de Ixdain debió desembarcar a unos 50 metros de la costa. Entretanto, se descubre que la playa de la Cebadilla está minada, con unas 40 minas enterradas en la arena. Detonadas las minas, comenzó la segunda oleada a las 13h, emprendiéndose a continuación un rápido avance hasta ocupar las alturas que dominan la playa. En un primer momento desembarcaron 9000 hombres y durante el resto del día se procedió a desembarcar el material necesario para continuar la operación. Al caer la tarde, la artillería rifeña reanudó el fuego con intensidad contra las tropas españolas y la escuadra, causando numerosas bajas y alcanzando a los acorazados Alfonso XIII y Jaime I, que sufrieron daños menores. La artillería fue respondida con un ataque aéreo español y, al final del día, 13.000 hombres estaban ya en tierra. Cabe destacar que en Alhucemas se utilizaron por primera vez en la historia de la guerra carros de combate en un desembarco, concretamente 11 Renault FT-17 y 6 Schneider CA1, que fueron poco útiles, aunque causaron gran impresión. Además, fue la primera vez en la historia en la que las fuerzas de apoyo aéreo al desembarco, las fuerzas navales y las fuerzas de tierra actuaron bajo un mando unificado (el de Primo de Rivera). Desde Alhucemas, en la primavera de 1926, se ejecutaron las operaciones que determinaron la derrota de Abd el-Krim y la ocupación y pacificación total de la zona española del Protectorado.