CRONICAS DEL REINO ELFICO
En tiempos pasados, los elfos levantaron sus estancias y palacios junto a un apacible estuario, próximo a los Lagos Cayentes, protegidos por el río. Su arquitectura crece y se integra en la naturaleza, pasando a formar parte de ella, un diseño consistente con el modo de vida de los elfos.
Cuentan las leyendas, que el agua de los Lagos Cayentes otorga a los elfos su salud y sabiduría, además de sus habilidades mágicas, de modo que tras pasar mucho tiempo viviendo junto a estas cascadas, se convirtieron en lo que son hoy en día. Esta agua es esencial en la cultura de los elfos, estando integrada en la mayoría de los rituales que llevan a cabo, siendo las fuentes un elemento corriente.
Mientras que el reino vive en una perpetua primavera, al otro lado del río el otoño ya ha llegado y algunos orcos y ogros intentan establecer su campamento próximo a las fértiles tierras élficas, una acción que las patrullas de los bosques no permitirán.
Por su parte, la vida dentro del reino es pacífica. Algunos elfos desempeñan actividades como la investigación, la música, la forja o la escritura; y otros realizan arcanos ritos, como la preparación de santuarios, la celebración de una boda de gran importancia o el culto a sus deidades.
Thurbarán (Castellon)
Claudio Martín Cano (Castellon)
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